miércoles, 26 de octubre de 2011

¿ESTÁIS A FAVOR O EN CONTRA DE LA PENA DE MUERTE?

La mayoría respondería con un NO rotundo. En cambio, muchos han aplaudido y celebrado recientemente una ejecución pública.

En los últimos meses hemos asistido a lo que los medios han llamado “Primavera Árabe”. Los ciudadanos de algunos de los países con sistemas dictatoriales se han rebelado contra sus mandatarios exigiéndoles las principales necesidades básicas y sus derechos.   Libia ha sido el principal foco de atención debido a la guerra civil que se ha producido y a la participación de la mayoría de los países europeos (como España) junto a EEUU. El jueves día 20, Gadafi fue asesinado supuestamente por los rebeldes, aunque la OTAN había atacado la caravana en la que iba unas horas antes. Todo el mundo se alegraba, “el perro loco del desierto” había muerto.

En primer lugar, la pena de muerte se aplica a aquellas personas que han cometido un delito grave. ¿Pero es que acaso al condenar a alguien a la pena de muerte no estás asesinando intencionadamente? En este caso, no solo deberíamos condenar a la persona que ha sido juzgada por asesinato,  sino también al que autoriza, ejecuta y aplaude la pena capital. Además, cuántas veces se ha condenado a la pena de muerte a alguien que al final se ha demostrado que era inocente.


Por otro lado, es cierto que a veces, como en este caso, se trata de una persona de culpabilidad más que probada de atentar contra los derechos humanos reiteradamente.  CULPABLE de cometer aberraciones contra su propio pueblo, amenazante, dictatorial, cínico y todos los adjetivos que se nos ocurran. Todo justificaría el deseo de verlo muerto.

Los países en color rojo son aquellos que aplican la pena capital.

Pero, a pesar de todo, nosotros que no somos como él, que valoramos la vida humana, que creemos en los derechos de las personas, en la justica y en el sentido común, no deberíamos alegrarnos, ni mucho menos recrearnos con las imágenes de un hombre y su hijo asesinados y expuestos públicamente como un trofeo al mundo. En este caso, no se ha hecho justicia porque no ha sido juzgado, no se han expuestos todos sus delitos, no ha habido una condena. Le hemos hecho el favor de dejar este mundo sin enfrentarse a su maldad, privado de vivir en libertad, como él mismo hizo a su pueblo. ¿Paradójico, no?

domingo, 23 de octubre de 2011

Ciudadanos del planeta Tierra

Cuando oigo las noticias o veo en la tele que ha ocurrido algo en un lugar lejano ya sea un terremoto, una inundación, una masacre, una injusticia… me entristezco durante unos minutos pero luego  sigo mi rutina haciendo y diciendo cosas como si no hubiera pasado nada. Me pregunto por qué no se para el mundo, se oscurece el sol…Pienso que en esa hora y bajo el mismo sol alguien está celebrando un éxito, un reencuentro, un amor,…

Pero esas imágenes se quedan grabadas para asaltarme cuando menos lo espero y hacerme sentir culpable por no sentir más, por no hacer más. ¿Para qué saber lo que pasa si no podemos cambiar las cosas?  ¿o sí podemos?
Afortunadamente hay personas que no solamente se conmueven como yo, sino que se mueven. Admiro a esas personas que se olvidan de sí mismos para ocuparse de los demás, dejan su bienestar a un lado y se ponen en situaciones difíciles metiéndose en la piel de otros que han tenido menos suerte que ellos. Personas extraordinarias que han llegado a perder su vida por los demás, a darlo todo. Quizás no sería necesario que nadie perdiera la vida, o que tuvieran que abandonar sus comodidades y su tierra. Si todos los países no pensaran en tener más poder que los demás para controlar el mundo, todo lo que nos rodea lo compartiríamos, todo sería de todos.


Nunca podemos olvidar que somos seres que integramos una única nación, en la que los derechos humanos deben estar al alcance de cualquiera. Esa nación se llama planeta tierra y debemos conservarla.